CÉSAR PASTOR
TIERRA DE NADIE
En los casi 30 años que han transcurrido desde el fin de la dictadura comunista, Rumania ha pasado de tener 23 millones de habitantes a sólo 19,7. Una caída del 14%, provocada principalmente por la migración económica. Este fenómeno social se agrava visiblemente en las zonas rurales, donde el envejecimiento de la población se intensifica por el éxodo de los jóvenes en busca de nuevas oportunidades laborales, lejos del aislamiento y la dureza del mundo rural.
Frente a esta despoblación, la vieja generación que queda, últimos herederos y protectores de tradiciones con siglos de antigüedad, vive en armonía con la tierra que les vio nacer. Esos pequeños pueblos y aldeas que alguna vez fueron lugares encendidos y de noches largas, ahora sobreviven descuidados por el gobierno, conscientes de que el mundo que conocen desaparecerá cuando ellos ya no estén.
Comencé este proyecto a finales de 2016, lo que empezó como una fascinación por la atmosfera visual de un país que me era ajeno, derivo en la necesidad de crear un retrato profundo e intimo de una sociedad olvidada que asiste, con dignidad y en silencio, a su desaparición.
